martes, 1 de abril de 2008

Ecuación para descoser dos o tres cuerdas vocales


Me preparo para ajustar.

La tercera cuerda.

Porque soy un tensor.

Ajustado.

Fuera de término.

De un solo golpe.

En la cámara de los rayadores.

Cítricos.

Completé.

Que decido.

Contar humores.

Y hacer todo lo que este a mí.

Alcance.

Para que el anular.

Cumpla su sueño.

De ser una antena de radio.

Pero atención.

¿Que son esas leyes?

Esos números, esos números.

Traen al silencio.

Homogeneizado.

De tantos.

Pronombres.

Y artículos que huyen.

Por el salvoconducto.

No hay testigos sintagmáticos.

Ni oraciones.

Cúbicas.

Otra vez.

Yo.

Sin lengua.

Aterrizo de cabeza.

En un complejo B.

Y sí.

Con aguja.

Pueblo el mundo.

Revitalizado.

Viaje



La sangre dio la nota con un vals.

Mal bailado.

Y mal dormido.

En su espejo retrovisor.

Aparece una impresora que anda buscando el color ciruela.

Con medio siglo de retraso.

Confort


El pensamiento ya no deberá recurrir a los antibióticos.

¡Ya basta!

Dice el prospecto.

Dos gotas para neutralizar tu superego.

Y dos segundos para que la emulsión...

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